INTRODUCCIÓN
La sangre es el único producto básico e indispensable en la sanidad pública y privada que no se puede fabricar ni comprar: su obtención sólo depende de la buena voluntad de los ciudadanos sensibles. Es un "medicamento vital".
Actualmente, hay cada vez una mayor demanda de sangre en los hospitales andaluces debido a circunstancias sociales, como el envejecimiento de la población (menor número de posibles donantes y mayor número de posibles receptores) o el mayor número de accidentes de tráfico (hemorragias, quemaduras, etc…); a circunstancias técnicas, como el avance de la tecnología y la cirugía de los trasplantes, o circunstancias demográficas, como el aumento de la población debido a los flujos migratorios.
Hay circunstancias especiales en las que Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Sevilla debe intensificar sus campañas (tarjetas postales, etc…) de promoción y captación de donantes, por ejemplo, en Navidad, en Semana Santa, especialmente, y en verano. En estas épocas, la demanda de sangre en los hospitales no desciende apenas, aunque los donantes sí se desplazan y cambian de hábitos temporalmente, es decir, dejan de donar sangre.
PROCESO DE LA DONACIÓN DE SANGRE
El acto de donar sangre es sencillo y rápido, puesto que dura unos 15 minutos aproximadamente. Además de la sangre entera, existe otra modalidad de donación denominada aféresis (centrifugación y filtrado de los componentes de la sangre). Consiste en la donación sólo de plaquetas o de plasma. Este tipo de donaciones sólo se realizan mediante cita previa en los puntos fijos. Son procedimientos más laboriosos que obtienen del donante sólo plaquetas o plasma, o plaquetas y plasma a la vez. Su duración oscila entre 30 y 45 minutos. En todos los casos, tanto en donación de sangre entera como en las aféresis, los donantes reponen los componentes sanguíneos en breve plazo de tiempo (con la ingestión de líquidos, principalmente).
La obtención de hemoderivados tras ese acto de donación es un proceso más complejo y riguroso por razones de seguridad para los pacientes transfundidos.
1. Los potenciales donantes deben rellenar, en primer lugar, un cuestionario de autoexclusión. Con ello se descartan como donantes a personas que tienen prácticas de riesgo como la drogadicción, relaciones sexuales promiscuas (homosexuales, bisexuales o heterosexuales), relaciones con personas que ejercen la prostitución, así como personas cuyas parejas hayan tenido anteriormente las prácticas de riesgo anteriormente citadas.
2. En segundo lugar, el médico hace un reconocimiento previo a la donación. En caso de detectar alguna alteración que puediera causar riesgo al donante o al transfundido, se rechaza en el acto la posibilidad de donar.
3. Antes de la donación se realiza un análisis de sangre para descartar una posible anemia.
4. Tras la donación, se realizan los reglamentarios análisis de sangre en los laboratorios del CRTS antes de la separación de los componentes de la sangre (hematíes, plasma y plaquetas). Estos análisis consisten en un estudio serológico (hepatitis B, hepatitis C-antígeno y anticuerpo-, sífilis,VIH, transaminasas) y un hemograma para las plaquetoféresis y plasmaféresis. (extracción exclusiva de plaquetas o plasma).
5. Además, todos estos procesos están supervisados por el personal facultativo especialista en Hematología y Hemoterapia, y por el departamente de control de calidad.
LA AFÉRESIS: UNA ALTERNATIVA NECESARIA
Se trata de un tipo especial de donación, cada día más habitual e imprescindible, que permite extraer por separado sólo aquellos componentes sanguíneos que son necesarios, restituyendo el resto al donante. Por medio de este procedimiento se obtiene, fundamentalmente, plama (plasmaféresis), plaquetas (plaquetoféresis) o ambos (plaquetoplasmaféresis). Las plaquetas, esas pequeñas células sanguíneas necesarias para la coagulación que evitan las hemorragias, son indispensables en el tratamiento de enfermedades tan graves como leucemias u otro tipo de cáncer, trasplantes, etc… El plasma o parte líquida de la sangre, en el que sobrenadan las células sanguíneas y que transporta agua, enzimas, sales minerales, proteínas…, es indispensable en el tratamiento de enfermos inmunodeprimidos, transtornos hemorrágicos, quemados, alteraciones de la coagulación, etc…
¿En qué consiste?
El procedimiento comienza con la canalización de una sola vía venosa, al igual que la donación normal, a través de la cual y mediante un aparato especializado, denominado separador celular, se extrae sangre en pequeñas cantidades, de la cual separamos el componente saleccionado tras un proceso natural de centrifugación y decantación por peso molecular. El resto de la sangre será devuelta al donante por la misma vía de extracción. Estos ciclos de extracción-retorno se repetirán varias veces durante un tiempo que varía según las características del donante (peso, talla, etc…) y del componente extraído (plasma, plaquetas o plaquetas y plasma), y que oscila entre 30 y 60 minutos.
¿Es un procedimiento seguro?
El proceso es tan seguro como la donación tradicional y totalmente indoloro. Usted no tiene posibilidad de adquirir ninguna enfermedad, ya que los equipos utilizados son estériles.
¿Qué ventajas presenta?
- La aféresis no debilita el organismo. El donante recupera los componentes donados en un periodo de 24 a 48 horas. Esto permite intercalarla con las donaciones convencionales de sangre completa.
- Un solo donante aporta mayor cantidad de los componentes más preciados que en varias donaciones de sangre entera. Se obtienen de 6 a 8 veces más plaquetas y de 3 a 4 veces más plasma que en una donación convencional.
- Los productos obtenidos tienen mayor pureza, y al ser donante único, garantizan una mayor calidad transfusional.
REQUISITOS PARA LA DONACIÓN DE AFÉRESIS
Si es Ud. mayor de edad, pesa más de 50 kilos, goza de buena salud y no ha tomado aspirina ni otros medicamentos antinflamatorios en los últimos días, puede donar plasma o plaquetas por el procedimiento de la aféresis. Es conveniente pedir cita previa llamando al 955 00 99 00.
APLICACIONES DE LOS HEMODERIVADOS
Únicamente en casos especiales se transfunde la sangre entera. Usualmente sólo se transfunden algunos de sus componentes: hematíes, plama o plaquetas. Cada uno de ellos se aplica en diversos tipos de pacientes.
- Hematíes: Se aplica en trasplantes, intervenciones quirúrgicas, politraumatismos, accidentes de tráfico, enfermedades crónicas como cáncer o anemia, en definitiva, en los enfermos sangrantes en general. Tienen una vida media de 40 días en temperatura entre 4 y 6º C.
- Plaquetas: Se transfunden a pacientes sangrantes, leucemias, cánceres con tratamiento de quimioterapia, trasplantes de hígado, etc...Sólo pueden conservarse durante 5 días tras las donación a una temperatura entre 20 y 24º C.
- Plasma: Se prescribe en hepatopatías, en pacientes quemados, hemofílicos, etc... El plasma es un producto sanguíneo que puede congelarse y tiene una fecha de caducidad de un año. Se envía a la industria farmaceútica, que tras varios procedimientos químicos, lo devuelve en forma de gammaglobulinas, vacunas o Factor VIII para la coagulación (hemofílicos). Los Centros Regionales de Transfusión Sanguínea son los encargados de distribuirlos a los hospitales públicos y privados.
LOS GRUPOS SANGUÍNEOS
Un 85% de la población española tiene RH positivo. La mayoría se incluye en los grupos A y 0, por este orden. Por ello, los grupos de los que se pudieran disponer menos reservas en el banco de sangre son, principalmente, los A y 0 negativos. Este último, es decir el 0 RH negativo es el más utilizado por ser el donante universal de hematíes. En cambio, es el AB es el donante universal de plasma. Para las plaquetas no existe un donante universal, aunque habitualmente se suelen transfundir plaquetas del mismo grupo que el receptor.
LA DONACIÓN DE SANGRE: TAREA DE TODOS
La donación debe ser un acto constante de solidaridad a lo largo de la vida de los donantes. Tras los atentados del 11-M, los ciudadanos donaron masivamente. Pero, esa sangre obtenida no se pudo transfundir hasta pasadas 24 horas. Esto significa que debe haber un mínimo de unidades en reserva que puedan utilizarse inmediatamente ante cualquier catástrofe. La sangre debe esperar al enfermo, no el enfermo a la sangre.